Joaquín C. Plana: Hidalgo filicida - I. Appendix vermiformis

 Hidalgo filicida - I. Appendix vermiformis

 El delfín decidió que su caballo habría de ser azul, pues azules eran gestados y a la luz dados. Otra elección sostuvo: dos mechones en las crines, blancos relucirían.

 Horas después de un amanecer, ante la radiante fortaleza hizo conducirse jinete. Súbditos, criados, que su llegada allí auguraban, hicieron de príncipe y montura motivos de la chanza. Observaron a quien desmontara, bocado entregado a palafrenero, y la culpa comenzó entonces a erosionar los semblantes festivos hasta devenirlos genuflexión o inclinación de testa en la paulatina llegada.

 El hijo del filicida así recibido alcanzó sus aposentos y desde una tronera atendió a la quietud de su corcel, quienes le saludaran desde allí no visibles. Mas su sonrisa regresada, hacía un instante ficcionada en reconocimiento, acaso en admiración. Acaso alguna vez no desconocido por el hidalgo vástago.

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 Miseria que sobreviene virtud por saturación. Manos que aguantan bolsas de oro. Ramas de un árbol propio del ahorcado. También artificio de virtud la violencia de sí, la deslealtad de sí.