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George C. de Lantenac.

La esencia como apelación del autoritarismo al autoritarismo: el discurso hipostático.

La esencia como apelación del autoritarismo al autoritarismo: el discurso hipostático.

 

La esencia como apelación del autoritarismo al autoritarismo: el discurso hipostático.

 Apelar a la naturaleza es apelar a lo fijo y a lo variable finito o controlable. En ella, y a diferencia de la semilla, la sangre o la raíz, la esencia es más literaria, no meramente una comprensión desplazada. La esencia es un vacío como un dios que no responde cuando es interpelado: ha de llenarse, y se llena del contenido de lo experimentado y de su emoción. Ello necesita de una creencia previa: la de la individualidad. Así, lo abstracto se ha concretado en un concepto; lo único separado pero accesible y permeable: una mónada sociable. Tal dialéctica de lo uno entre todos, supura lo distinto: el tirano crece romántico e infantil.

 Así, apelar a la esencia es apelar a la salvación de un ámbito llamado yo. Donde el individuo sólo es una percepción, un flujo aquietado para un uso de orden en el reconocimiento – constructo de la otredad–, aparece la aspiración al imperio del yo atenido a otro concepto: el de la mismidad. La mediada adhesión al reflejo crea la propiedad, y la propiedad conlleva una responsabilidad. Ahí surge la salvación: nada más propio que esas emociones que crean un marco. La esencia se acaba por limitar: yo soy la esencia. En su fundación, el límite-yo-esencia no es sinónimo de defensa: es la defensa misma.

 Quien apela a la esencia, así, apela al contra todo y todos que no sean esos sentimientos. Se invita a la voracidad, a la competencia. Es el triunfo de la religión de la individualidad personificada – Capitalismo, Cristianismo –: el ser humano individualizado da contenido al dios y lo define. Es la religión del dios-yo cuando la esencia tiene tantas definiciones como experiencias distintas le dan referencia.

 Por ello, teman a quien remita a la esencia: es un sacerdote que apunta a la responsabilidad de ustedes en relación a una idea no identificable sólo perceptible en la convicción, la cual crea identidad o individuo. Y ustedes serán manipulables, manufacturables, moldeables, pues algo que es porque se dice que es, puede ser cualquier cosa. Y ustedes serán útiles de un propósito que creerán propio, pero que depende de un plan previo.

 Huyan de los rectores de la esencia: buscan su disolución en la uniformidad de la militancia, de la feligresía. No les quieren diferentes o libres, pues la libertad no cabe en el límite, a menos que sea un concepto. Sólo quieren que crean en una diferencia o una libertad.

 El número de creyentes confirmará razón al plan y la razón del plan organizará su lógica. Latiranía del yo es ahora compartida en la común creencia en la esencia: la comunidad se ha establecido, la evidencia permea todo hábito. Lo autoritario tiene patente de corso.

 Autoritarismo: estructura de su fe.         

 

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 La reproducción del texto de George C. de Lantenac se realiza con el expreso consentimiento del traductor de la obra Ensayo sobre la Muerte de Jesús de Nazareth, Albert Sans.

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